«En líneas generales, su idea consistía en destruir los bosques y reemplazarlos por coches. No se trataba de un proyecto consciente y meditado; era mucho peor. No tenían ni idea de hacia dónde se dirigían, pero continuaban como si tal cosa -después de ellos, el diluvio (o mejor dicho, las lluvias ácidas)-. Por primera vez en la historia del Planeta Tierra, los humanos de todos los países tenían el mismo objetivo: ganar el suficiente dinero para poderse parecer a un anuncio. El resto era secundario, ellos no estarían aquí para sufrir las consecuencias.» (Frédéric Beigbeder, 13'99, 2000)
No sé muy bien qué es, solo sé que lo quiero. Colores que inspiran orden y limpieza, amables promesas de un mundo mejor. Solo profesionales de la talla de Tolueno Martínez, Sonia Ixilenos y Manuel Benceno tienen la fórmula perfecta para hacerte sentir impecable pero infectado, poderoso a la par que insustancial y único dentro de un montón de gente tan única como tú.
Así lo declara el usuario Walter García en la web del sublime supralinfen.ml: «Nunca antes había experimentado la polución de esta manera. Yo pensaba que eso era cosa de otros, ahora me siento una parte más activa de la ciudad». Este fantástico producto se pone al alcance de tu mano para hacerte feliz con la mierda de siempre. Y la verdad es que yo ya noto sus irrefutables beneficios: cansancio, cefaleas y alteraciones de la coordinación. Incluso el clima que me rodea está cambiando, ¿no es maravilloso?
Imprescindible. Exclusivo. Tú. Consíguelo. Rápido. Fácil. Último. Hazte con él. Seguro. Nuevo. Ahorro. ¿Aún no tienes el tuyo? Funciona. Limitado. Descuento. El regalo perfecto. Una manera única. Original. Increíble. Sé el primero. ¡Es gratis!
Supralinfen encierra en una pequeña pieza de resina el mezquino vendehúmos en que se convirtió la publicidad con la aparición de las marcas. Si hay que definirlo de alguna manera (aunque el no ser definible forma parte de su carácter) sería souvenir, o como canta su eslogan, «el recuerdo definitivo de tu ciudad». Jugando con el icono pop del clásico ambientador de pino inventado en 1952 por Julius Sämann, los vallisoletanos Gaspar Francés, Ana Nan y Trillo idean una campaña publicitaria que es, con todas sus piezas, una obra de arte: creación de una campaña de marketing, con su logotipo, su valla publicitaria y su página web; performance a modo de presentación comercial del producto; intervención de Javier Gutiérrez de Ecologistas en Acción; y, finalmente, el reparto de una edición limitada de 50 Supralinfens (¿Supralínfenes?) a los asistentes al evento.
La acción de esta obra ya comenzó mucho antes de la colocación de su valla publicitaria cuando los tres artistas se metamorfosearon cual power rangers de la contaminación y recorrieron las calles en busca de sus ansiados benceno, xileno y tolueno. Del más puro y genuino polvo de Valladolid se componen precisamente las adorables manchitas negras de nuestro ambientador de pino. Y como también las ideas parecen partículas en suspensión, he acabado dando (gracias a Noa González) con un diseñador holandés que se ha acercado de forma muy distinta hacia la misma idea.
Se trata de Daan Roosegaarde, quien, preocupado por mejorar la vida cotidiana en el entorno urbano, ha ideado una torre de siete metros de altura llamada "Smog free tower" que actúa a modo de aspiradora de masa atmosférica, filtrando y acumulando su suciedad en membranas. Esta suciedad (smog) acumulada es comprimida y utilizada para crear bonitos souvenirs en forma de anillos, que además de funcionar como satélite del proyecto, ayudan a financiarlo. «Al compartir un smog free ring, usted dona 1000 metros cúbicos de aire limpio a la ciudad.» Lo curioso de esta coincidencia son los diferentes acercamientos a una misma problemática por vías tan comunes: en el caso de nuestros artistas, la creación de un objeto irónico, ácido y humorístico pero al mismo tiempo estético que aborda además toda la hipocresía de la publicidad; en el caso del diseñador, una firma casi futurista para combatir la distopía en la que pudiéramos estar convirtiéndonos.
El ciclo de Ocho por Tres se cierra con su intervención más combatiente, si bien todas lo han sido de una manera u otra porque existen infinitas formas de ser político. Gaspar, Ana y Trillo apostaron por abordar de forma directa una cuestión local que en realidad afecta a tantos países en el mundo. Y es que en la era de la globalización parece que todo va en cadena: sistema de consumo, explotación de la naturaleza, modas, contaminación. Tampoco es una obra aislada de este equipo de artistas. Ana Nan y Trillo, ambos formados en el diseño gráfico, vuelven a poner en cuestión la relación de la metrópoli y la naturaleza con su intervención en el suelo de la transitada calle Teresa Gil en Valladolid. "El rapto de proserpina" (imágenes abajo de Gaspar Francés) nos sigue recordando con sus adoquines hechos de vegetación encapsulada que «por mucho que cientos de miles de personas reunidas en un corto espacio de terreno al que se han apegado se esfuercen en llenar el suelo de piedras para que no crezca nada en él, por mucho que limpien ese terreno hasta la última brizna de hierba, por mucho que impregnen el aire con humo del carbón y del petróleo, por mucho que corten los árboles y obliguen a marcharse a todos los animales y aves, la primavera, hasta en la ciudad, siempre es primavera.» (Lev Tolstói, "Resurrección", 1899)
Gaspar Francés, licenciado en Bellas Artes, también cuenta con una persistente iconografía personal en la que la cuestión de la reapropiación del espacio público está muy presente. El intento de recuperar un salvajismo enterrado por los cimientos (o cementos) de la civilización se ve reflejado en los románticos dinosaurios que uno puede encontrarse, por ejemplo, en el barrio San Pedro Regalado de Valladolid. En plena efervescencia del movimiento 15M, Gaspar se aventuró a lanzar a las llamas de San Juan unas maquetas de edificios que representaban todo el sistema dirigente, un simbólico intento de recuperar no solo la ciudad, sino todo sus principios. La destrucción como primer paso para la regeneración o la protesta como manera de volver a hacer habitable la urbe. «Lo que para otros es una ruina, para mí es un vergel.»